Un día, en un restaurante, una señora empezó a gritar de repente:
"¡Auxilio...! ¡Mi hijo se ahoga...! ¡Se tragó una moneda y no puede respirar...!"
Un fulano se levanta de su mesa, agarra al chiquillo de los huevos y les da un fuerte apretón. El chiquillo escupe inmediatamente la moneda.
El fulano regresa a su mesa y se sienta como si nada hubiera sucedido.
La mamá del niño, agradecida, se acerca a él y le dice:
"¡Mil gracias señor, qué método tan efectivo...! ¿Es usted médico o trabaja en la Cruz Roja?"
"No," responde el hombre, "Soy auditor de Hacienda." (Oficina de Recaudación de Impuestos)
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