En una reunión de feministas, sube al estrado una inglesa y cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
"¡Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a cocinar!...".
El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, el tercer día lo vi cocinando y desde ese día es él quien se encarga de la comida.
¡Bravo!, ¡hurra!, gritaban y aplaudían las mujeres...
Le toca el turno a una gringa que cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
¡Bravo!, ¡hurra!, gritaban y aplaudían las mujeres...
Le toca el turno a una gringa que cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
"Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a lavar ropa!...".
El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, el tercer día lo vi en la lavadora y desde ese día es él quien se encarga de lavar su ropa y la mía.
¡Bravo! , ¡hurra! , gritaban y aplaudían las mujeres...
Le toca el turno a una peruana que cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
¡Bravo! , ¡hurra! , gritaban y aplaudían las mujeres...
Le toca el turno a una peruana que cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo:
"¡Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver ni a cocinar ni a lavar ropa!...".
El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, al tercer día no vi nada...
Al cuarto día ya veía un poquito por el ojo izquierdo.
El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, al tercer día no vi nada...
Al cuarto día ya veía un poquito por el ojo izquierdo.
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