En un certamen para saber quien había construido el cohete más potente del mundo, estaban como finalistas un francés, un estadounidense y un tontilandés.
"Nosotros hemos inventado un aparato que va hasta Marte, da vuelta y vuelve", dice el francés.
La gente aplaude.
En su turno, el yanqui, todo chulo, presume:
"Mi país ha construido una nave espacial que da la vuelta al sistema solar y vuelve... y todavía tiene gasolina para dar tres vueltas más".
La gente se descontrola.
En su momento, el de Tontilandia asegura: "
Yo he inventado un cohete que va al sol y vuelve..."
"¡Eso es imposible, porque se quemaría!", le reclama el público.
"¡¿Creen ustedes que lo enviaría de día, o qué?!", se defiende el tontilandés.
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