Un cubano se encuentra con un grupo de personas que caminan por la calle gritando consignas contra el régimen.
El individuo, que es de ideas afines, se une a ellos y empieza a gritar, a voz en cuello, las mismas consignas.
Al cabo de un rato de camino, e intrigado por la presencia de unos soldados que los siguen, decide preguntar a sus nuevos camaradas adónde se dirigen.
"¡Al paredón, chico, al paredón!"
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