Esta era una vez una fiesta de puntos, y éstos estaban bien entrados bailando y chupando. En eso, tocan a la puerta. El punto dueño de la casa corre a abrir y cuál fue su sorpresa al ver que quién llamaba era un asterisco. Sorprendido, el punto le pregunta:
"¿Qué haces aquí? ¡Ésta es una fiesta de puntos!"
"Soy un punto, nada más que en el camino me despeine", responde el asterisco.
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