martes, 2 de noviembre de 2010

Fiel optimista





Pepito siempre era muy optimista, pero tenía un hermano menor que era muy pesimista. En la Navidad, los padres de los muchachos quisieron hacer un experimento para igualar un poco las emociones de los niños: al pesimista le dejaron de regalo un precioso caballo de madera de color marrón; a Pepito le pusieron un montoncito de mierda de caballo.
Por la mañana, al levantarse los niños, declara el pesimista:
"¡Qué regalo tan malo tengo yo: un caballo marrón, y es de madera! ¡Y yo quería uno de color gris! ¡Yo quería uno vivo!"
Pepito ni siquiera podía ahora dejar su optimismo:
"¡A mí me dejaron uno vivo, pero ya se fue!"

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