martes, 9 de agosto de 2011

Estoy herido


Un día dos jóvenes homosexuales fueron de visita al zoológico. Caminaban por todas las secciones del mismo cuando se encontraron con la jaula del gorila.
El gorila estaba sentado en una esquina de la jaula con una tremenda erección.
"Me pregunto cómo se ha de sentir", suspira uno de los maricas.
"Pues solamente hay una manera de saberlo, y esa es tocándolo", le responde el otro.
El primer cabrito mete la mano dentro de la jaula, y palpa los genitales del gorila.
Antes de que éste pudiera retirar la mano, el gorila lo agarra y lo mete a la jaula, le rasga las ropas, lo pone contra el piso, le brinca encima y lo viola hasta que casi lo mata.
Tres días después, el maricón despierta en una cama de hospital. Una enfermera entra y le informa que tiene un visitante. Todo adolorido, abre los ojos y ve a su amigo, quien se acerca con cara de preocupación, preguntándole:
"¿Estás herido?"
El moribundo profiere:
"¿Herido? ¿Herido? ¡Por supuesto que estoy herido! ¡Ese huevón no me ha llamado ni me ha escrito!"



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